Inteligencia Artificial: No todo lo que brilla es oro
La inteligencia artificial ha generado aumentos importantes en la productividad de diversos sectores, y continuará haciéndolo en la medida que su adopción y conocimiento aumenten. Sin embargo, no todo es positivo.
Por ejemplo, en un estudio de Harvard, UPenn y MIT (Dell’Acqua et al, 2023), se encontraron aumentos de productividad de hasta 40% al comparar aquellos que no usaban ChatGPT respecto a los que sí. No obstante, en ciertas tareas donde la IA aún no es capaz de hacer un buen trabajo por sí sola, el usar ChatGPT hacía que los individuos tuvieran un peor desempeño, pues no cuestionaban los resultados incorrectos proporcionados por la IA.
Cuando la IA es muy buena, los humanos dejamos de prestar atención. Tendemos a delegarle todo el control, en lugar de utilizarla como herramienta. Es similar a quedarse dormido al volante. Esto perjudica el aprendizaje, el desarrollo de habilidades y la productividad.
Además, estas herramientas son susceptibles de perpetuar sesgos que existen en la base de datos con la cual se entrenaron. Por ejemplo, versiones tempranas de ChatGPT y Midjourney (una herramienta similar a ChatGPT pero relacionadas a imágenes) tendían a tener sesgos de género.
Debido a esto, las habilidades de pensamiento crítico van a ser más importantes que nunca. Te invitamos a usar ChatGPT y otras herramientas de IA como un complemento, pero no dejes de ser escéptico y de cuestionar sus resultados. Estas herramientas están diseñadas para dar una respuesta convincente y es tu labor revisarlas pues el último responsable de sus consecuencias siempre será el humano que las utiliza.
Por Sebastián Cisterna, subDirector del Observatorio de IA e Innovación en los Negocios, Departamento de Administración, FEN de la Universidad de Chile.
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