UX: qué son los principios heurísticos
Cuando se trata de lanzar y poner a disposición de los usuarios un sitio web, una aplicación, un software o cualquier producto digital, un factor fundamental de su éxito será la usabilidad.
Lo ideal es testearlo y hacer pruebas con usuarios, pero, si eso no es posible, los principios heurísticos son una ayuda para los diseñadores al momento de evaluar la usabilidad del sistema. Veamos en qué consisten.
¿Qué son los principios heurísticos?
Los principios heurísticos -reciben este nombre porque son reglas generales y no directrices específicas- son reglas generales de evaluación que se utilizan para determinar la calidad de un producto de software en términos de su usabilidad.
Estos principios fueron creados por Jakob Nielsen y Rolf Molich en 1990, y desde entonces se han convertido en una parte fundamental de la evaluación de la usabilidad.
Estos principios se aplican al diseño de productos y la usabilidad al ayudar a los diseñadores a crear soluciones que sean fáciles de usar y comprender para los usuarios. Al seguir estos principios, los diseñadores pueden asegurarse de que su producto cumpla con las expectativas de los usuarios y les brinde una experiencia satisfactoria.
Los 10 principios heurísticos
Los principios desarrollados por Nielsen y Molich son los siguientes:
- Visibilidad del estado del sistema: los usuarios deben esta siempre informados de lo que está ocurriendo, qué acciones puede realizar en cada momento y cambios en el sistema. Un ejemplo son las barras de progreso, que le muestran cómo avanza la operación que ejecutó.
- Relación entre el sistema y el mundo real: el sistema debe hablar el lenguaje del usuario, con términos y conceptos familiares. Los elementos del sistema deben seguir los estándares de la industria para que los usuarios se sientan cómodos.
- Libertad y control por parte del usuario: los usuarios deben tener control de sus acciones y deshacer cambios con facilidad, así como personalizar el sistema para adecuarlo a sus necesidades.
- Consistencia y estándares: el sistema debe seguir las convenciones establecidas. El usuario no debe sentirse confundido o preguntarse si acciones o palabras diferentes significan en realidad lo mismo. Todos los elementos tienen que tener una coherencia a lo largo de todo el sistema.
- Prevención de errores: el diseño del sistema debe minimizar la posibilidad de que el usuario cometa errores, y proveer una solución rápida en caso de que ocurra.
- Reconocimiento antes que recuerdo: objetos, acciones y opciones visibles, de manera que el usuario no tenga que recordar cómo hacer algo. Esto ayuda a reducir la carga cognitiva de los usuarios y mejora la usabilidad.
- Flexibilidad y eficiencia de uso: el sistema debe permitir al usuario elegir el nivel de flexibilidad y eficiencia que se adapte a sus necesidades. Por ejemplo, puede ofrecer aceleradores para usuarios expertos.
- Estética y diseño minimalista: minimizar diálogos y elementos, descartando todo lo innecesario o redundante, hará que el sistema sea más fácil e intuitivo, disminuyendo el esfuerzo del usuario.
- Reconocimiento, diagnóstico y recuperación de errores: los mensajes de error deben ser claros y comprensibles, identificando el problema y ofreciendo una solución.
- Ayuda y documentación: el sistema debe ofrecer estos recursos de forma accesible en caso de que el usuario los necesite. Esta información debe estar enfocada en las tareas del usuario, con un listado de pasos concretos.
Para aplicar estos principios, los diseñadores deben tener en cuenta las necesidades y expectativas de los usuarios mientras crean su producto. Es importante realizar pruebas con usuarios reales y recibir retroalimentación para asegurarse de que el producto cumpla con los principios heurísticos. También es recomendable revisar regularmente los principios y aplicarlos a medida que se desarrolla el producto.
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