Luces, sombras y oportunidades
Creo que no está de más recalcar que la actividad empresarial y económica de todo tipo necesita un entorno confiable para desarrollar todo su potencial y entregar valor a la sociedad. Nadie se atreve a invertir, desde modestos ahorros hasta sumas millonarias, si las reglas no están claras y las condiciones son impredecibles o amenazantes.
Por ello es que el proceso constitucional en curso nos tiene a todos expectantes ante la posibilidad de que la institucionalidad bajo la cual todos los chilenos hemos funcionado las últimas décadas cambie significativamente y, como gremio de avisadores, monitoreamos con inquietud algunas señales en esa línea.
Naturalmente, nuestro deseo, junto con el de todo el país, es que este proceso resulte plenamente exitoso y dé origen a una Constitución con alto reconocimiento de todos los chilenos,que refleje la realidad y diversidad de Chile, respete su idiosincrasia y entregue garantías para una convivencia pacífica y el desarrollo armónico de todo tipo de actividades.
La redacción y eventual aprobación por parte de la ciudadanía de una nueva Constitución es el mayor desafío que enfrentamos este año, sea cual sea la actividad que desarrollemos. Es un proceso histórico que ha estado rodeado de luces y sombras, pero, más allá de la natural controversia que despierta una discusión de esta magnitud, esperamos que impere la altura de miras y el respeto hacia todo aquello que nos define como país, y no se caiga en aventuras inconsistentes con el progreso que cada habitante de este país necesita.
Paralelamente, el mundo del marketing, sin estar ajeno a todo esto, sino, por el contrario, sumamente influenciado por el “ánimo” nacional, vive sus propios desafíos y urgencias, persiguiendo, como siempre, satisfacer las necesidades y mejorar la calidad de vida de las personas. En medio de una situación política y económica complicada, vemos con satisfacción el crecimiento de la inversión publicitaria en el año 2021, que en términos nominales alcanzó un 39,9% respecto al año 2020 (cifras de Asociación de Agencias de Medios, AMM), lo que muestra el compromiso de los avisadores con la actividad económica del país.
Hacia adelante, observamos una situación económica complicada, la pandemia que se resiste a remitir y la evolución rápida y constante de la vida digital y su impacto en los hábitos de las personas, quienes trabajamos en marketing nos vemos en medio de una multitud de retos.
Para mantenernos fieles a nuestra misión y lograr ser relevantes en la vida de nuestros consumidores, tenemos que volver a lo esencial: las personas y sus anhelos, necesidades y preferencias. Todo está cambiando, es cierto, pero la esencia permanece. Tenemos más información que nunca sobre nuestras audiencias y tenemos que saber convertir los datos en conocimiento que aporte valor.
Enfrentamos diversas tensiones: la necesidad y búsqueda de personalización versus la privacidad de los datos, la urgencia de la conversión frente a los réditos a largo plazo de la inversión en branding, entregar mensajes relevantes en un océano de información y atención que no dura más que unos segundos, contar con información nunca vista en cantidad y profundidad y no tener la capacidad de transformarla en insights provechosos… en fin, la lista es larga pero también estimulante.
Aprovechemos la oportunidad que tenemos consolidar el rol estratégico que siempre ha debido tener el marketing. Somos quienes conocemos, nos comunicamos y motivamos a las personas, tenemos una posición privilegiada.