Futuro prometedor para la IA en Chile
El Centro Nacional de Inteligencia Artificial, CENIA, conformado por 12 universidades, tiene como misión convertir al país en un referente en la materia, y el potencial está. De acuerdo al Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, Chile está en el primer lugar de la región en cuanto a adopción, penetración y empoderamiento.
Cristián Vásquez, gestor de vinculación, difusión y valoración de la IA del CENIA
Hace dos años apareció ChatGPT y, desde entonces, la inteligencia artificial está en todas las conversaciones. Uno de los actores relevantes en esta materia es el CENIA, Centro Nacional de Inteligencia Artificial. Se trata de un centro basal de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, nacido de la colaboración de la Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, Universidad Santa María y Universidad Adolfo Ibáñez, a las cuales se han ido sumando otras 8 casas de estudio.
Su objetivo es liderar el desarrollo científico y tecnológico de la IA en el país, haciendo investigación de excelencia multidisciplinaria, con alrededor de 180 a 200 investigadores. Funciona como un organismo público-privado que recibe un subsidio del Estado, y además es una corporación sin fines de lucro que considera la transferencia tecnológica, ofreciendo soluciones y desarrollos de IA al mundo público y privado. Una tercera línea de acción es la difusión, que busca acercar la IA a la población y democratizar el conocimiento sobre esta materia.
Chile, líder en Latinoamérica
“La misión del CENIA es convertir a Chile en un referente de inteligencia artificial en Latinoamérica”, sostiene Cristián Vásquez, gestor de vinculación, difusión y valoración de la IA del CENIA. Para lograr esta meta, uno de los proyectos emblema del centro es la creación del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), que mide el estado del arte de los países de la región en cuanto a adopción, penetración y empoderamiento en esta tecnología, con el apoyo de la CEPAL y el BID, entre otros organismos.
De este indicador se deriva un ranking que en sus dos versiones ha posicionado a Chile en el primer lugar, por la madurez demostrada en tres dimensiones clave analizadas por el índice: factores habilitantes; investigación, desarrollo y adopción; y gobernanza.
“Básicamente Chile se ha posicionado como un referente latinoamericano en inteligencia artificial gracias a tener un ecosistema bastante robusto, que combina talento de primer nivel, una infraestructura tecnológica que no se ve en otros lados, un marco regulatorio bastante avanzado, y distintos elementos como, por ejemplo, capacidad de nube y capacidad de conexión, además de que estamos muy avanzados en gobernanza”, explica Vásquez.
El ejecutivo destaca una sinergia clave para este posicionamiento, derivada del trabajo colaborativo entre los ámbitos público, privado y la academia.
¿En qué sentido estamos avanzados en gobernanza de la IA en el país?
A nivel de regulación, de leyes, estamos bastante al debe. Sin embargo, a nivel de gobernanza, las sub dimensiones que destaca el ILIA tienen que ver con que existen estrategias y políticas de inteligencia artificial, es decir, existe una visión o una institucionalidad. Tenemos bastante vinculación internacional en cuanto a la participación de Chile en materia de discusión sobre regulación. Hoy Chile no tiene una ley de inteligencia artificial como tal, se está discutiendo, aunque fuimos bastante reactivos y no proactivos en esta materia, se empezó a regular cuando ya la inteligencia artificial estaba en todas partes, pero sí tenemos una política nacional de inteligencia artificial desde el 2019 y fuimos el primer país de Latinoamérica que tiene un centro nacional dedicado a la inteligencia artificial. Hoy ya se están viendo símiles del CENIA en Brasil, México y Colombia, y con Argentina hemos tenido conversaciones porque quieren tener su propio centro.
¿Qué industrias llevan la delantera en el uso de esta tecnología?
La inteligencia artificial hoy está permeando casi cualquier sector en Chile de manera muy diversa, desde la optimización de procesos hasta sistemas puntuales que ayudan a hacer tareas específicas. Esto es bastante dinámico, sobre todo en áreas como economía y negocios. De hecho, lo que se está viendo mucho es que la inteligencia artificial está acelerando el emprendimiento, y también hay bastante injerencia en medicina clínica. Hay proyectos de gemelos digitales de los pabellones en los hospitales de Santiago que van a permitir optimizar las listas de espera y los tiempos y, por ende, tener un impacto para las personas. El potencial transformador que tiene es tremendo. Desde el CENIA, el impulso es que las tecnologías de inteligencia artificial estén al servicio de las personas, de hecho, es nuestro slogan. En ese sentido, destacaría el impacto en medicina y en transporte. Dos de nuestros proyectos emblema son con la Subsecretaría de Transporte, uno es análisis de imágenes a través de las cámaras que están instaladas en la región Metropolitana que permiten tomar decisiones con mayor información en base a la información real, con el fin de que la ciudad sea más eficiente en términos de movimiento y las personas prefieran tomar el transporte público.
Tenemos proyectos también que tienen que ver con detección inmediata de incendios forestales, que entrega información completa a brigadistas de Bomberos y Conaf para que puedan anticiparse y disminuir el impacto del fuego.
Hay sectores como la agricultura en las que nosotros estamos recién explorando proyectos que se adjudicaron fondos hace poco, también en educación, en energía. De hecho, tener un modelo de inteligencia artificial es bastante costoso a nivel de energía porque hay que tener computadores funcionando y un montón de cosas, pero se espera a nivel mundial que los modelos de IA nos ayuden a combatir la crisis climática al optimizar procesos y buscar soluciones, y yo soy bastante optimista en ese sentido. Creo que de verdad si hay buenas personas haciendo de buena manera esto, se van a lograr resultados que van a tener impactos grandes y positivos.
A nivel de retail también hay muchas maneras para optimizar cadenas de suministro, por ejemplo, lo que también va a tener un impacto grande a nivel de medio ambiente, porque puede implicar que haya menos camiones transitando, con menor consumo de combustible.
¿Por dónde va el potencial en el caso del marketing?
Nosotros puntualmente no tenemos proyectos en áreas de marketing, pero yo vengo del mundo de las comunicaciones y el marketing, y me gusta hablar de una nueva revolución tecnológica, hago el símil a cuando se descubrió el fuego, después las máquinas a carbón, luego el vapor, la electricidad, el Internet y hoy la inteligencia artificial. Está revolucionando mucho la forma en la que la gente se comunica y consume información. Herramientas como ChatGPT permiten que se genere información de forma constante. De hecho, gracias a esto, tenemos portales de noticias que están actualizando noticias cada 15 minutos antes era impensable generar tanto contenido. Por otro lado, si nosotros lo orientamos de buena manera, porque obviamente tiene muchos riesgos como la sobreestimulación, las fake news y un sinfín de problemas asociados, permite un marketing más personalizado, podemos generar y analizar los datos de los consumidores para ofrecer experiencias acordes a cada persona. También nos permite generar cierta automatización o eficiencia en tareas repetitivas que permite que los equipos que trabajan en generación de contenido optimicen su tiempo y lo empleen en mejorar la calidad de otras cosas. El análisis de grandes volúmenes de datos que se puede hacer con herramientas de inteligencia artificial nos permite predecir el comportamiento de las personas, estimar ciertas reacciones en cuanto a cómo se van a enfrentar a una noticia o una promoción.
¿Qué piensa acerca del riesgo de la pérdida de trabajos con la IA?
A nivel personal, me desligo un poquito del CENIA, pienso que tenemos que entender que la inteligencia artificial, que no es una, sino las inteligencias artificiales, es un kit o un pool de muchas herramientas que están a disposición, y no creo que a mí personalmente una herramienta me quite el trabajo, pero una persona que maneje muy bien la herramienta sí me lo puede quitar. Me ha tocado dar muchas charlas a estudiantes de periodismo de distintas universidades en materia de herramientas de inteligencia artificial para las comunicaciones y hago el símil de cuando salió Excel en los años ’90. La gente que trabajaba en contabilidad no quedó sin trabajo, tenía una herramienta que le permitía hacer de mejor manera su labor y qué pasó, una persona que manejaba muy bien Excel le quitaba el trabajo a quien todavía estaba con la calculadora.
El trabajo sigue estando ahí. Ahora, al igual que en cualquier desarrollo tecnológico sí existen riesgos de reemplazo, eso es inevitable, pero es porque la sociedad se transforma en base a las nuevas tecnologías. Antes de que se masificara la electricidad había personas que trabajaban prendiendo los faroles de las calles con una vela. Eso ya no existe, pero se abrieron nuevos espacios de trabajo. Hoy en día, por ejemplo, entrenar un modelo de inteligencia artificial requiere de un data center gigante, una supercomputadora, etcétera, pero hay gente que tiene manejar eso, mantenerlo, saber utilizarlo, en fin, hay un montón de nuevos espacios laborales que hace 5 años no existían.
Las nuevas tecnologías van de la mano con el desarrollo de la innovación y los emprendimientos. Han aparecido marcas gracias a herramientas de inteligencia artificial que hace 15 años eran impensadas.
Hablaba del buen posicionamiento de Chile en esta materia, ¿Qué proyectos se están desarrollando para mantener el liderazgo?
En el CENIA estamos trabajando en el supercomputador de procesador de datos más grande de Latinoamérica, en conjunto con la Universidad de Tarapacá y va a funcionar 100% con energías renovables, porque lo que más tiene el norte de Chile es sol y viento, entonces hay que aprovechar su espacio y el compromiso que tenemos desde el CENIA de que la IA que se desarrolle desde Chile tenga el impacto más positivo posible y eso incluye al medioambiente. Claro, dentro de lo que se puede, porque obviamente nosotros no podemos garantizar desde Chile que tecnología como ChatGPT, que se entrena en Estados Unidos, tenga esa mirada, porque es un mundo completamente distinto.
De hecho, la idea de generar el ILIA, el índice latinoamericano de inteligencia artificial es que Latinoamérica y El Caribe pueda de cierta manera estar a la par con el hemisferio norte global porque el desarrollo viene de Estados Unidos y Europa, pero son realidades muy distintas, y los problemas que ellos enfrentan y las soluciones que tienen que buscar son muy distintas las que tenemos a nivel local. Es clave que se hagan desarrollos locales para enfrentar problemas locales.
Otro proyecto emblema en el que está trabajando un investigador del CENIA es traductor que funciona en mapudungún, rapa nui y español, con el fin de revitalizar lenguas que son propias de nuestra identidad cultural. Creo que se están haciendo súper bien las cosas en Chile, falta mucho y estamos a una distancia abismal de lo que se está haciendo en otras partes del mundo. Pero, el liderar lo que se está haciendo en Latinoamérica igual demuestra que de verdad hay una intención de hacer las cosas de buena manera.
Sí soy súper crítico en cuanto a regulación, creo que debiesen estar muy claras las reglas del juego para que no se cometan errores grandes y garantizar ciertas seguridades con el fin de que disminuya esta sensación de amenaza e incertidumbre.
¿Cómo mitiga el CENIA los riesgos y amenazas de la IA?
Nuestra principal arma para combatir los miedos es informar, tratamos de generar la mayor cantidad de espacios o productos que informen a la sociedad, de alfabetizar sobre esto. Como comunicador, creo que la mejor forma de combatir la desinformación es con información, y la suerte de tener un equipo de investigación tan amplio y multidisciplinario es que promueve la multivisión. Como hay gente de distintas carreras y ramas se pueden combinar opiniones y visiones para que los modelos sean lo más transparentes posible. De hecho, una de las unidades de investigación está muy centrada en la ética. Es fundamental que haya transparencia al momento de entrenar modelos. Uno de los problemas más grandes son los sesgos algorítimicos, que son muchas veces invisibilizados. Hay muchos ejemplos a nivel internacional de malas prácticas y malos usos y eso genera desconfianza.
Por eso hay que transparentar, entender cómo funcionan las cosas y dar cierta explicabilidad a los procesos. Muchas veces el gran problema es que la gente descansa demasiado en la tecnología, y para combatirlo, la mejor manera es afinar el pensamiento crítico, no puedo creer todo lo que me diga ChatGPT porque se equivocan muchísimo las herramientas. Si hice en que me ahorré 30 minutos porque ocupé una herramienta de IA, esos 30 minutos no son para ir a tomar sol, son para revisar la información o para corroborar los datos con fuentes oficiales, o para revisar la redacción. Consideremos también el hecho de que las herramientas hoy en día, como vienen del hemisferio norte global, funcionan en inglés, por lo que en la etapa de traducción puede haber errores. Si no hay cierto contexto o si no tiene la información real, la herramienta va a inventar cosas, en un fenómeno que se conoce como alucinaciones.
Por eso el pensamiento crítico es fundamental para mitigar ciertos riesgos y la única forma de disminuir la desconfianza es generar la mayor cantidad de información real posible, para hacerle el contrapeso a la información falsa que hay y que es abrumadora. La única forma de construir confianza es fortalecer la responsabilidad ética, creo que eso se va a ver mucho de ahora en adelante.
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