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Encontrar un camino

 

Fernando Mora | Presidente de ANDA  

Como dice la expresión popular, nos ha llovido sobre mojado. En muy poco tiempo, todo el contexto en el que operábamos cambió por completo, desafiándonos a entender lo que está pasando, responder a las urgentes necesidades que trajo la crisis social y del coronavirus, y encontrar la manera de seguir adelante en un escenario sumamente complejo.

Es un momento de enorme incertidumbre pero a la vez, aunque parezca contradictorio, de mucha información. El conocimiento entrega seguridad o, al menos, orientación para navegar. Gracias a la investigación de mercados y al aprendizaje de las empresas, tenemos una brújula para navegar en estos momentos, conociendo casi en directo lo que la gente está viviendo, sintiendo y necesitando. Sabemos que, en estos momentos de angustia y preocupación, las personas quieren que las empresas las comprendan y ayuden; éste es el momento adecuado para poner en acción la misión de cada una de ellas.

Muchas marcas están haciendo notables aportes, mostrando un gran liderazgo, empatía y creatividad para enfrentar la crisis, haciendo ya sea una contribución a la sociedad toda, en el caso de donaciones, o a la vida de sus clientes a través de acciones concretas de apoyo. La comunidad está valorando las iniciativas que se perciben como generosas y empáticas, a la vez que detecta de inmediato cuando lo que se busca es simplemente aumentar las ventas. La clave es tomar la oportunidad de hacer una conexión profunda sin parecer oportunistas.

La información que tenemos hasta ahora nos indica que la colaboración es un camino para transitar con algún grado de certeza esta crisis. Colaborar con la sociedad, colaborar entre empresas, con el Estado, con las personas, en fin, cada uno deberá buscar la manera de construir junto a otros y aportar valor en medio de la complejidad de la situación. No obstante el futuro post coronavirus está lejos de ser predecible, hay algunas pistas que podemos internalizar desde ya. Una de ellas es el teletrabajo, acelerado a marchas forzadas por el distanciamiento social.

Si bien para muchísimas personas trabajar desde sus casas ha sido muy difícil, para una parte importante de empresas y trabajadores se ha revelado como algo posible y beneficioso, lo que sin duda marcará la realidad del trabajo a mediano plazo. Ello tendrá impacto en los hábitos de los consumidores, los que se han ido vislumbrando durante estas semanas, siendo el más llamativo el crecimiento del ecommerce. La digitalización de pymes y grandes empresas también se vio apresurada por la contingencia, y sin duda en esto no hay vuelta atrás. Los marketplaces están teniendo un crecimiento explosivo que, no obstante estar muy ligado al contexto, ha puesto a prueba, exitosamente, su capacidad de responder a una alta demanda.

Lo que también es posible predecir es una crisis económica de alcance mundial, que tensionará más aún el ya sensible entorno social, donde la falta de empatía o de responsabilidad será castigada. La autorregulación y el apego a una ética estricta es una exigencia que no admite matices. En nuestro entorno más directo, vemos que la situación ha impactado significativamente la inversión publicitaria, con el consiguiente efecto en los medios, tan valiosos para una sociedad democrática y pluralista. Son momentos complejos en los que se hace imprescindible maximizar los esfuerzos para lograr la mayor eficacia en la comunicación. Otros trances de la economía han enseñado que aquellas empresas que siguieron comunicándose con sus audiencias en los tiempos difíciles salieron fortalecidas. Busquemos en la colaboración, la creatividad y la escucha de la sociedad un faro que seguir en medio de la tormenta.

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