Estudio de Activa revela los hábitos de la población mayor de 18 años respecto de este tipo de alimentación, donde más del 85% declara que la consume.

La comida rápida o fast food es un imperdible de los tiempos modernos, convirtiéndose en una alternativa de alimentación muy masificada en todo el mundo y también en Chile. En efecto, un 85,6% de la población en el país mayor de 18 años declara consumir fast food, independiente de la frecuencia, de acuerdo al estudio Radiografía del consumo de fast food realizado por Activa.

La investigadora de mercado y opinión pública desarrolló la investigación para arrojar luz sobre los aspectos relevantes de esta tendencia y entender los hábitos de consumo y compra de fast food entre los chilenos mayores de 18 años. “La realización de este estudio responde a la necesidad de descifrar las motivaciones y comportamientos de los consumidores en el ámbito de la comida rápida. Al profundizar en estos aspectos, buscamos ofrecer a las empresas insights valiosos que les permitan anticipar tendencias, ajustar sus estrategias y mejorar su oferta de productos. Esta investigación es esencial para posicionarse de manera efectiva en un mercado competitivo y satisfacer las demandas de una clientela en constante evolución”, explica Luis Kohle, subgerente de Marketing Intelligence de Activa.

Kohle agrega que el estudio “destaca las oportunidades para innovar y diferenciarse en un mercado saturado. Conocer las preferencias emergentes y las áreas de insatisfacción de los consumidores proporciona una ventaja estratégica que puede ser decisiva para captar nuevos segmentos de mercado y fidelizar a los clientes existentes”.

Quienes consumen comida rápida lo hacen con una frecuencia de 2,7 veces al mes. Y mientras que un 65,9% la consume, al menos, una vez al mes, un 2,3% declara que lo hace todos los di?as, siendo el Grupo Socioeconómico el más alto con esta frecuencia, con un 3,3%.

Por otro lado, el gasto promedio en fast food, en cada compra, es de $ 7.843, y el 63,7% de los mayores de 18 años que la consumen, gasta entre $ 5.000 y $ 12.000 cada vez que compran. “El precio es un factor que influye decisivamente en el consumo de comida rápida, desempeñando un papel relevante en las decisiones de compra”, dice el ejecutivo.

Agrega que “el atractivo de la comida rápida reside en su capacidad para ofrecer opciones asequibles. En un entorno económico donde la sensibilidad al precio es alta, la capacidad de estos establecimientos para mantener precios competitivos y accesibles se convierte en una ventaja significativa. Además, el costo relativamente bajo de la comida rápida permite que esta opción sea una alternativa atractiva para quienes buscan una solución alimentaria económica, especialmente en comparación con opciones de restaurantes tradicionales o comidas preparadas en casa”.

Cuándo y dónde se consume comida rápida

El 58,5% consume comida rápida en la casa, frente al 53% que prefiere comer en el local 53%, y 8,9% en el trabajo; en tanto más de la mitad de las compras de este tipo de alimentos se hace presencialmente en el local (55,2%) y por delivery o aplicaciones el 27,1%. Un 17,6% se adquiere mediante una combinación de ambos canales.

“A lo largo del tiempo, la comida rápida ha superado el estigma de ser únicamente un alimento para consumir “al paso” o de elaboración simple. Hoy en día, mantiene su esencia de conveniencia y accesibilidad, adaptándose a las necesidades modernas sin perder su carácter distintivo”, dice el ejecutivo.

El mayor consumo de fast food en Chile se da los fines de semana, con un 77,2%, en tanto de lunes a viernes se consume en un 12,2%, y todos los di?as, 10,6%.

Los chilenos (55,5%) la prefieren en horario de cena u once, al almuerzo en un 52,3% y como desayuno, 4,3%.

Kohle analiza que “la comida rápida ha logrado consolidarse no solo en la dieta diaria de chilenos y chilenas, sino también en su ritmo de vida, especialmente durante los fines de semana. Este fenómeno revela que la comida rápida desempeña múltiples roles en la vida de sus consumidores. Más allá de simplemente satisfacer el hambre, se ha convertido en una experiencia de sabor, un alivio a la carga de las tareas domésticas, y una forma de gratificación personal. Esto es particularmente evidente en momentos familiares como el almuerzo y la hora del té, donde la comida rápida ocupa un espacio importante y central”.

Las preparaciones que tientan a los chilenos

De acuerdo al estudio de Activa, los tipos de comida ra?pida que ma?s prefieren los chilenos son:

• Hamburguesas, 47,3%
• Papas fritas, 44,6%
• Pizzas, 43%
• Completos, 39%
• Pollo frito, 32%
• Sa?ndwich, 28%
• Empanada frita, 25%
• Fajitas, tacos y burritos, 20%
• Sushi 18%
• Nuggets 18%.

“La evolución de la comida rápida ha llevado a una diversificación en el menú, con opciones que van más allá de las tradicionales hamburguesas y papas fritas, incluyendo ahora productos que incorporan ingredientes locales, opciones vegetarianas y saludables, y una variedad de sabores que apelan a distintos gustos. Este cambio refleja una adaptación a las demandas de una población cada vez más consciente de su salud y preferencias, sin comprometer la conveniencia que caracteriza a la comida rápida. Así, la comida rápida no solo se mantiene relevante, sino que continúa evolucionando para satisfacer las expectativas cambiantes de los consumidores, consolidándose como una opción alimentaria versátil y significativa en el contexto chileno”, sostiene Luis Kohle.

Luis Kohle, subgerente de Marketing Intelligence de Activa.

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