Chilenos en 2021: consumo consciente y mayor optimismo
El estudio “¿Chilenos post crisis? Caminando a la normalidad” elaborado por Activa, indaga en el impacto de la pandemia en las actitudes y los hábitos emergentes. “Los chilenos hemos sido doblemente impactados, primero por la crisis social que se cristaliza el 18 de octubre, seguida de la crisis sanitaria del Covid 19. Ambas crisis nos empujan a cuestionarnos, a redefinir nuestras prioridades como sociedad, como individuos, como consumidores. Un 75% de los entrevistados declara estar más consciente de sus decisiones de consumo, mientras que un 60% plantea haber cambiado los productos que compraba antes de la crisis y un 91% dice estar privilegiando el precio”, comenta Anabril Cerda, gerente de Insight Lab de Activa.
El estudio muestra que la inyección de dinero mediante los retiros de fondos de las AFP, así como las medidas económicas de apoyo a los hogares entregadas por el Estado, sumado a la mejora en los indicadores sanitarios, han generado una sensación de mayor bienestar y optimismo en la población.
Un indicador, en ese sentido, es que la proporción de personas que no alcanzan a costear los gastos del hogar baja de 64% a 34% entre la medición de julio de 2020 y la de agosto de 2021. No obstante, un 55% se declara afectado por un alza de precios en los alimentos y un 50% manifiesta fragilidad financiera, asociada a la acumulación de deudas, inseguridad laboral y/o desempleo.
“Lo que la crisis sanitaria gatilló fue una profundización de algunas conductas y aceleró ciertas tendencias que ya venían dándose con anterioridad. Lo principal tiene que ver con la digitalización. La pandemia forzó a que sectores que se habían mantenido al margen del uso de la tecnología y los canales digitales, los utilizaran, frente a la imposibilidad de acceder a otras opciones. Muchas de las personas que se digitalizaron en este contexto, vieron beneficios en el uso de estas plataformas”, explica Cerda.
Se observa también una rápida recuperación de actividades sociales, salidas para entrar en contacto con la naturaleza y realización de deportes al aire libre, mientras que en las visitas a centros comerciales y panoramas en lugares cerrados, como restaurantes, bares, cines y gimnasios, se visualiza una mayor cautela.
La especialista añade que “una vez que disminuyen las restricciones, las personas retoman hábitos anteriores a la pandemia, pero dejan atrás todos aquellos en los que hoy ya no ven beneficios. Esto es muy claro en todo lo relacionado al eCommerce, donde ciertas categorías recuperan sus niveles de venta en el canal presencial toda vez que hay períodos de apertura (vestuario, calzado, etc.), en tanto existen brechas importantes en la experiencia de compra online; mientras que otras tienden a mantener la conducta de compra digital, entregando una mayor comodidad y ahorro de tiempo. Lo mismo ocurre con los medios de pago digitales y sin contacto, los que han sido usados por un 61% de los entrevistados, y se planean segur utilizando aun cuando la crisis sanitaria culmine”.
Se observa también una mayor disposición a dejar de postergar gastos de mayor cuantía e inversiones, tales como vacaciones, compras de vehículos y bienes raíces. “Es importante entender que la crisis no ha impactado a todas las personas de la misma forma. Mientras que los estratos altos se muestran más afectados en términos emocionales, los segmentos medios lo están por factores como la fragilidad laboral y los niveles de deuda. A nivel transversal, vemos cierta prudencia en torno al gasto, privilegiándose aún el precio de los productos, especialmente en aquellos de carácter más esencial”, plantea.
El estudio identificó 5 dimensiones que impactan en la evolución de una marca y el peso que tienen para un consumidor en crisis: experiencia y precio (26%), causa social (23%), responsabilidad (19%), reconocimiento (17%) y cercanía (16%). “Existe la oportunidad de fomentar un consumo responsable que contribuya a evitar impactos negativos futuros”, concluye Cerda.