Autorregulación: Un camino hacia la confianza y la responsabilidad
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La desconfianza se ha convertido en un sello de los tiempos que vivimos, y llevamos varios años constatando que las personas confían cada vez menos en instituciones y empresas.
Paralelamente, un mundo lleno de mensajes publicitarios hace sumamente difícil destacar y diferenciarse.
En este escenario, la autorregulación es la respuesta y un pilar fundamental para garantizar la integridad y la transparencia en la comunicación comercial, valores que necesariamente potenciarán la confianza de las personas por aquella empresa o marca que los practique sistemáticamente.
La publicidad desempeña un papel relevante en nuestra vida diaria, puesto que todos necesitamos bienes y servicios, conocer los que están disponibles en el mercado y cuáles son sus características. Gracias a las comunicaciones comerciales, podemos tomar decisiones informadas que satisfacen adecuadamente nuestras necesidades.
Asimismo, es esencial que las empresas asuman la responsabilidad de regular sus propias prácticas, en beneficio tanto de los consumidores como de la industria en su conjunto, motivación que hace más de 30 años llevó a la industria publicitaria a desarrollar un sistema de autorregulación que ha funcionado desde entonces con pleno éxito, plasmado en el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, Conar, y el Código Chileno de Ética Publicitaria.
La autorregulación publicitaria ha implicado establecer estándares éticos para la comunicación comercial establecidos en este Código, cuya transgresión puede ser reclamada ante el Conar y pedir su dictamen, al cual se someten voluntariamente las empresas. Es un enfoque proactivo que se sustenta en el compromiso y responsabilidad de las compañías que lo suscriben, lo que tiene un inmenso valor.
Así, en lugar de esperar a que las regulaciones impongan restricciones, la autorregulación permite anticipar y abordar los problemas éticos antes de que se conviertan realmente en un problema.
La autorregulación es la principal herramienta para construir confianza entre los consumidores. Cuando una empresa se somete voluntariamente a estándares elevados, demuestra su compromiso con la honestidad, la veracidad y el respeto hacia su audiencia.
Esto fortalece la relación entre la marca y los consumidores, generando un ambiente de credibilidad y lealtad.
Además, la autorregulación promueve una competencia más justa y transparente, impulsando un mercado sano que trabaja por crear y mantener confianza.
Otro aspecto crucial es la rapidez con que la autorregulación puede adaptarse a los cambios en el panorama publicitario. En un entorno en constante evolución, donde las plataformas digitales y las estrategias de marketing avanzan a un ritmo vertiginoso, las regulaciones no pueden mantener el mismo ritmo. La autorregulación permite a las empresas actuar con agilidad, ajustando sus prácticas y políticas en respuesta a las demandas del mercado y las expectativas de los consumidores.
Es así como hoy nos encontramos de frente con la inteligencia artificial generativa, la que, sin duda, tendrá un impacto transformador en el marketing, y sus límites éticos aún no son plasmados en normativas legales. Los tiempos de las regulaciones, en este y en otros casos, no se ajustan al dinamismo que ofrece el desarrollo tecnológico.
La autorregulación no debe ser vista, sin embargo, como una alternativa a la regulación, sino como un complemento. No puede reemplazar la necesidad de leyes y regulaciones claras que protejan el funcionamiento de los mercados. En cambio, debe ser vista como una herramienta adicional que eleva los estándares éticos y promueve una cultura de responsabilidad en la industria publicitaria.
En el mundo del marketing nos debemos a las personas que conforman nuestros mercados, con quienes buscamos construir relaciones sólidas. Conar es un gran paso adelante hacia un mundo publicitario más ético y confiable del que nos sentimos orgullosos.
Los avisadores felicitamos a las nuevas autoridades de este organismo, y los instamos a continuar trabajando por la industria de la comunicación comercial.
Fernando Mora Aspe
Director de ANDA
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