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“Al consumidor no le sirve de nada que le estén dando crédito si no tiene empleo”

El economista Óscar Landerretche asegura que el Banco Central ya logró su meta de inflación a mediano plazo gracias a su política de bajar las tasas de interés. Sin embargo, el dinamismo de la economía continúa demasiado débil. “Esas dos patas que necesitan las empresas no han estado las dos puestas al mismo tiempo”, advierte, y pronostica un crecimiento de no más del 2% para 2024.

 

 

 

 

Para el economista Óscar Landerretche, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, aun cuando 2023 partió con expectativas muy negativas en cuanto al crecimiento económico, durante el año fueron ocurriendo hechos que mejoraron esos prospectos.

 

“Yo diría que uno de los principales fue la rapidez con la cual el Banco Central logró su meta de inflación, y eso, por supuesto, disminuyó un poco la expectativa de que tengamos un periodo muy prolongado con tasas altas. La gente espera una situación más de alivio en términos del crédito y eso fue mejorando las expectativas sistemáticamente”, afirma.

 

Agrega que los altos ingresos que dejó el litio, si bien transitorios, mejoraron las cuentas fiscales y eso fue un alivio para la macroeconomía. Sin embargo, señales desalentadoras desde China y otros factores, tanto externos como internos, inclinan la balanza hacia un rango bajo.

 

“Este año lo más probable es que terminemos con algún tipo de crecimiento negativo, cercano a cero, y, para el próximo año, yo diría que no cambia de canal, porque la realidad es que China está con dificultades bien serias, manejando una burbuja inmobiliaria complicada calibre subprime; por lo tanto, el dinamismo de la economía china se ve más o menos. Estados Unidos está un poquito mejor. Para el próximo año, los economistas estamos pronosticando el crecimiento potencial, que es en torno a 2%. Además, en términos internos, tenemos que ver qué pasa con el proceso constituyente”.

 

 

¿Cómo se ve el panorama para las empresas?

 

Yo diría que hay un lado de esta ecuación que está mejorando, que es el de las tasas de interés. Mucho del marketing y la publicidad tiene que ver con venta y consumo, que es afectado por el crédito. Eso ha ido mejorando en el sentido de que el Banco Central efectivamente ha logrado estabilizar la inflación. En Estados Unidos hay buenas señales respecto a la tasa interés, que también nos ayuda, porque no puede haber un descalce tan grande entre la política monetaria chilena y la de Estados Unidos.

 

Pero el lado que no está bien es el de la actividad económica y el empleo, porque al consumidor no le sirve de nada que le estén dando crédito si no tiene empleo. Ahí está el problema: esas dos patas que necesitan las empresas no han estado las dos puestas al mismo tiempo. Eso genera incertidumbre y se transmite al mundo del marketing y de la publicidad.

 

 

¿Qué pasa con las inversiones?

 

El caso de la inversión es una cosa más estructural, eso ya no tiene que ver con el ciclo, que es más bien lo que afecta al consumo. El problema es que Chile ha entrado en una fase de estancamiento del modelo económico que hemos tenido por varias décadas, y está en cuestión ese modelo. Más allá de que el proceso constituyente se resuelva de una manera que le puede terminar gustando al mundo empresarial, eso no significa demasiado, porque, al final del día, la Constitución que podría aprobarse no es tan diferente a la actual, y es con la actual que hemos visto una parálisis sistemática de la economía chilena que ha atravesado más que este gobierno, incluso el Gobierno de Piñera II y Bachelet II. Puede ser la Constitución soñada del mundo empresarial, pero, si las políticas públicas no son pro crecimiento y pro inversión, no va a pasar nada.

 

Por el momento, lo razonable es pensar que el sistema político no va a salir de la situación de empate perpetuo en que estamos y que inmoviliza todo.

 

Piñera II era un presidente súper pro crecimiento, pero en su primera cuenta pública le notificó al empresariado que no iba a hacer la reforma tributaria que les había prometido en la campaña, porque sabía que no tenía el Congreso y, un mes antes del estallido social, el país está estaba crecimiento en torno a 0,5% per capita anual, o sea nada, y ese era el presidente más pro empresa que hemos tenido desde el retorno a la democracia.

 

El pronóstico para la inversión todavía está por verse, está por construirse en Chile la solución política que le dé al país la estabilidad para hacer las cosas que hay que hacer, que es a volver a meter al país en una senda de crecimiento, pero, además, avanzar mucho más sustantivamente que antes en los temas de equidad y protección social.

 

 

Un tema recurrente en relación a las inversiones es el de la permisología, ¿cuál es su visión?

 

Eso es problemático hace mucho tiempo, lo vengo escuchando desde tan lejos como Piñera I, estamos hablando de 20 años ya, y la verdad es que se hace poco. Mucho Power Point, mucha reunión, mucha comisión, todos están de acuerdo, y al final no ocurre nada. Y la razón por la cual no ocurre es porque una cosa es un Power Point abstracto con un diagnóstico, y otra cosa es cuando se enfrenta la realidad política de los temas. La permisología tiene varios factores, dos patas que son las problemáticas. Una es la ineficiencia del Estado, que implica modificar las agencias que tienen que gestionar esos permisos de una manera que operen en forma más oportuna, más rápida y efectiva a igual decisión. Y eso significa reformar el estatuto administrativo de las personas que están ahí, significa colocar los recursos, los incentivos, esto es, premios si lo hacen rápido, castigo si lo hacen lento. No hay una agenda para hacer eso. Yo no he visto a alguien que tenga una propuesta de eso respecto de, por decir cualquier cosa, la Dirección General de Aguas o el Sernageomin.

 

Lo segundo es más bien el tema del diseño de la permisología, o sea, cuánto de la permisología está mal hecha. Para empezar, no hay un enfoque de ventanilla única y, cuando lo tratas de implementar, cada ministro lo disputa, quiere su autonomía y nadie quiere entregar poder porque es entregar la oportunidad de que me den empleo. Suena muy bonita la ventanilla única, para ser súper franco se lo escuché y lo leí en el programa de los dos gobiernos de Piñera, y no hizo nada al respecto. Y estoy hablando de Piñera porque supuestamente es el presidente más pro empresa que hemos tenido, pero ahí está la realidad, no es cosa de escribirlo en un programa. Lo que se necesita para enfrentar el tema de la permisología es más nueces y menos ruido.

 

¿Qué va a pasar con la inflación?

 

La gente se olvida que el objetivo de inflación de nuestro Banco Central no es realmente la inflación misma, sino que lo que busca es estabilizar la expectativa de inflación, eso es lo que realmente está tratando de hacer. El Banco Central sabe que la inflación en el corto plazo se puede mover por cualquier razón, una lluvia, una helada y sube el precio de los tomates, baja el precio del petróleo; hay muchas cosas que mueven la inflación que no son realmente responsabilidad de la economía chilena ni del Banco Central.

 

El petróleo sube porque hay una guerra, son cosas que ocurren. Por ende, el Banco Central no tiene como meta la inflación de hoy, lo que tiene como meta es la expectativa de inflación en 1, 2 o 3 años. Hay básicamente 3 maneras principales de mirar las expectativas de inflación. Dos son encuestas, una que hace el Banco Central a economistas y analistas y otra para empresas y operadores de mercado. Ambas encuestas muestran expectativas de cerca del 3% de inflación a un año. Pero, además, uno puede mirar la expectativa de inflación implícita en el spread de tasas, comparando la tasa en UF con la tasa nominal, siendo la diferencia entre las dos la expectativa de inflación que el mercado ve porque lo está manifestando en los precios. Y ahí también la inflación está básicamente en el centro de la banda.

 

Cuando los tres indicadores que usas están en el rango, el Banco Central ya cumplió su meta, es cosa de esperar que converja con las dinámicas de lo que ocurre día a día. Eso está bien y es una buena noticia para el mundo del retail, el consumo y el marketing, porque significa que se confirma la velocidad de caída de las tasas de interés que muchos creímos que iba a ser rápida. Y se suman ciertas señales que ha habido en Estados Unidos que muestran que posiblemente los gringos también vayan a bajar más rápido de lo que pensamos las tasas. Eso ayuda porque, si el Banco Central de Chile baja muy rápido las tasas y los gringos las mantienen altas, se nos convierte en un problema cambiario.

 

Óscar Landerretche

Economista y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile

 

 

 

 

 

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