Activar, hoy y para siempre, el #MODOAPRENDIZAJE

Carolina Altschwager Socia y Directora Ejecutiva Almabrands
En tiempos de adversidad, en tiempos de cambio de nuestras prácticas, dinámicas y necesidades, el desafío está en hacernos preguntas, reflexionar, aprender profundamente de lo que estamos viviendo.
Esta crisis está impactando con profundidad nuestras vivencias de la vida cotidiana, como lo vemos en nuestro estudio “Cambia todo Cambia”, que busca delinear, desde un entendimiento profundo de las personas y sus percepciones, los nuevos comportamientos, dinámicas y aprendizajes de los hogares chilenos en este contexto.
Más que nunca, se visibilizan una diversidad de inquietudes que siempre debieran inspirar nuestro actuar: las emociones debieran ser parte del debate público, la salud mental debiera ser una preocupación tan relevante como nuestra economía o bienestar físico, el diseño de los espacios debiera re-mirarse a la luz de esta contingencia, la brecha digital nos debiera preocupar a todos, porque impacta la desigualdad brutal con la que se vive esta crisis, el desafío de reinvención laboral, que ya están viviendo y van a vivir muchos más, debiera ser foco de acción desde ahora mismo.
Y debiéramos abordarlo cada uno de nosotros como individuos, pero también, y con más fuerza, todos quienes somos líderes, de empresas, de gobierno, de organizaciones civiles, o en el ámbito que estemos.
Ya desde antes del Coronavirus y la tremenda crisis del estallido social, sabemos que no podemos solamente buscar volver a la normalidad o a la “próxima normalidad”.
Sabemos que no debiéramos volver a una estabilidad que tiene carencias muy significativas en la capacidad de generar una economía realmente inclusiva y regenerativa con nuestro entorno natural y social. Tenemos la responsabilidad de re-imaginar cómo queremos vivir, relacionarnos y desarrollarnos como sociedad.
En este escenario, la forma de ser y de hacer empresa también debe re-pensarse, cuestionarse y aprender:
– Desarrollar una perspectiva más humana en los negocios, aprender desde una vereda más empática y consciente, con un profundo sentido de la ética y la responsabilidad.
– Construir una nueva forma de medir el éxito de los negocios: trabajar con la convicción de que la rentabilidad económica, como única medida del éxito, es completamente insuficiente para los desafíos que se nos plantean hoy.
– Trabajar buscando responder con relevancia y agilidad: hoy no hay respuestas únicas ni permanentes. Debemos profundizar en nuestra capacidad de identificar y responder desde lo que es relevante, lo que realmente importa a las personas. Al tomar decisiones, es la actitud de humildad y también de agilidad/flexibilidad la que nos facilitará la capacidad de adaptarnos y responder.
– Estar abiertos a cuestionarnos, y redefinir o reimaginar el futuro: mirar qué nuevas prácticas deberíamos adoptar, qué necesidades no estábamos viendo y atender, cómo podemos colaborar juntos para construir un mundo productivo que sea más afín con la calidad de vida de las personas, de sus relaciones.
Hoy, más que nunca, nos enfrentamos a preguntas que antes parecían imposibles y se encontraban con un no como respuesta, preguntas que pensamos que no tenían respuesta, y otras que nunca antes habíamos pensado siquiera. Ha llegado el momento de aprender de ellas.
No podemos seguir operando desde la futurología, con ejercicios de planificación que si bien dan certezas, limitan nuestra capacidad de observar para cuestionarnos y reinventarnos. Hoy, debemos aproximarnos al futuro valorando y activando, para siempre, el modo aprendizaje, a nivel personal, como comunidad y, con especial énfasis y exigencia para quienes lideramos espacios y organizaciones en cada ámbito de nuestra sociedad.