Los errores más frecuentes en el Marketing de Contenidos

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El marketing de contenidos corresponde a una estrategia centrada en crear y distribuir contenido relevante, atractivo y valioso, con la finalidad de atraer o retener a una audiencia específica. En pocas palabras, su objetivo principal radica en brindar información útil a los usuarios para comunicar, educar o entretener a quienes se interesan en un determinado producto o servicio.

Esto puede ser un factor de posicionamiento importante en lo que respecta a la publicidad de los productos. Considerando un mercado cada vez más saturado de la publicidad tradicional y el spam de marcas, se valora el aporte de contenido relevante para los usuarios. Un contenido bien elaborado dará un valor añadido y ayudará al consumidor con temas que le interesan. En este sentido, es algo que suma, teniendo en cuenta que se presenta de una manera mucho menos invasiva que los anuncios.

Es por esto que las compañías apuestan por las estrategias de contenidos y buscan posicionarse mediante ellos, pues permite recibir un elevado retorno en lo que respecta a la inversión: convierte más clientes.

Sin embargo, comprender el valor del marketing de contenidos no implica necesariamente perfilar una estrategia sin fallas. Mucho de lo que se dice respecto a un buen material y de lo que finalmente llega a los consumidores dependerá en gran medida de su recepción. Aquí te presentamos algunos errores recurrentes en el uso de marketing de contenidos.

Que los intereses del director de marketing sean los mismos que los de las audiencias

En la elección de temas para publicar contenidos se produce uno de los errores más comunes. Aunque las compañías presenten objetivos claros y concisos de lo que deben posicionar, necesitan de una estrategia de marketing que sea eficiente. Si una marca elige usar un tema, pero solo lo utiliza para atraer la atención de las personas sin incluir información más relevante, este fracasará. Por ello es importante la cuestión de quién escribe y produce dichos contenidos. Eso nos lleva al segundo error.

No dejar el contenido en manos capaces

Este punto está estrechamente relacionado con el anterior, pues se tiende a pensar que todo el mundo sabe escribir y no es el caso. Saber escribir en el sentido literal de la palabra es algo que cualquiera puede hacer, pero escribir para los demás, para que sea leído y las personas adquieran conocimientos, es algo totalmente diferente.

Es por esto que los contenidos deben ser realizados por manos expertas, que sepan de lo que hablan y que sean capaces de perfilarlos de la mejor manera. Estos expertos son la clave en la redacción, corrección, edición y estructuración de contenidos.

No pensar como un medio de comunicación

Cuando se trata de crear contenido atractivo, lo recomendable es pensar más como un medio de comunicación que busca informar, que como un marketero presionando para vender algo. En este sentido, el intento de vender debe diluirse en el contenido de manera más sutil. Un medio suele contar con estándares de calidad presentes que mantiene en la redacción de cada artículo, una práctica que debe mantenerse si se busca crear contenido de calidad.

Obsesionarse con el último tema de moda

Respecto al punto anterior, se recomienda mantener un estándar en lo que se escriba, pero no replicar cada aspecto de lo que es ser un medio de comunicación. Definitivamente, una característica que no debe copiarse es la obsesión con un tema de moda.

El marketing de contenidos no puede estancarse con un tema famoso porque no busca acumular tráfico online, sino generar tráfico de calidad. Se debe priorizar producir contenidos realmente importantes, que hayan sido identificados como tal, y que respondan a las necesidades e intereses de los consumidores y de la marca en sí misma.

Por supuesto, no se debe olvidar el potencial del contenido evergreen, nombre que recibe el  tipo de material que trata de temas atemporales y que se mantiene relevante por más tiempo tras ser publicado. Estos temas generarán tráfico de forma constante.

Todo es spam

Finalmente, lo peor que puede ocurrir es generar contenido que sea percibido como spam. Si esto ocurre, se atenta contra los valores básicos que hacen al marketing tan poderoso y rentable. Es imprescindible cuidar de la calidad de los contenidos y de cómo se publicitan o comparten para evitar que se relacionen al spam.


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