¿La expansión internacional mejora el desempeño de las multinacionales?

Compartir en:

Cuando las empresas adoptan la decisión de expandir sus operaciones internacionalmente, se preguntan si esta opción estratégica tendrá impacto en sus niveles de desempeño. En principio se podría pensar que es así, ya que dicha expansión permite que las compañías puedan diversificar sus niveles de riesgo, aprovechar las imperfecciones de los mercados de destino, alcanzar economías de escala, acceder a materias primas más económicas, incrementar su mercado potencial, satisfacer necesidades que no están siendo cubiertas en otros países, ampliar el ciclo de vida de sus productos, y aplicar acciones de discriminación de precios, entre otros beneficios.

En ese sentido, no existe un consenso claro sobre los efectos de la internacionalización en el desempeño de la empresa; considerando esta situación, se propuso un modelo de tres etapas o la teoría general de la relación entre la diversificación internacional y el desempeño de la empresa, en un esfuerzo por integrar anteriores resultados conflictivos y divergentes.

Bajo esta perspectiva, la relación entre la diversificación internacional y el desempeño se compone de tres etapas que forman una curva en forma de S horizontal. Dependiendo de qué parte de la curva S examinemos, podemos encontrar un segmento en forma de U o de U invertida, lo que permite conciliar los resultados de estudios anteriores. Esto se explica debido a que los beneficios y costos de la internacionalización cambian entre las diferentes etapas del proceso de expansión internacional de una compañía, puesto que la relación entre la diversificación internacional y el desempeño es negativa a niveles de internacionalización muy bajos y muy altos, y positiva a niveles intermedios.

Etapa 1

Las compañías que inician el proceso de internacionalización enfrentan los costos de aprender sobre un nuevo mercado, así como los costos de adaptación local. Estos costos de aprendizaje se deben a la falta de conocimiento del mercado extranjero, especialmente de la cultura del país y de su entorno normativo y político; por lo tanto, la desventaja de ser extranjero, una insuficiente experiencia internacional e, inicialmente, solo uno o unos pocos países sobre los cuales distribuir los costos de la internacionalización temprana, explican por qué la expansión en los mercados extranjeros genera al principio costos mayores a los beneficios o ingresos incrementales que se derivan de la misma.

Etapa 2

Una mayor expansión internacional comienza a generar beneficios incrementales que exceden a los costos incrementales de la empresa. En esta etapa, las compañías desarrollan sus operaciones a una mayor escala geográfica, lo que les permite mejorar su desempeño porque las empresas multinacionales pueden distribuir sus costos en un mayor número de países. Además, en esta etapa, las empresas multinacionales aprenden a lidiar con las diferencias nacionales y explotarlas a su favor; asimismo, la diversificación geográfica puede ser una ventaja para reducir la volatilidad de los ingresos, por lo tanto, con una cobertura geográfica y experiencia adicionales, las empresas multinacionales están en condiciones de disfrutar de efectos netos positivos en el desempeño fruto de una mayor internacionalización, gracias a las economías de escala y alcance, aprendizaje y diversificación de riesgos.

Etapa 3

El desempeño de las empresas multinacionales disminuye porque se encuentran “sobre expandidas”, más allá del nivel óptimo, cuando la complejidad de administrar las operaciones en el extranjero aumenta substancialmente con una mayor internacionalización. La multiplicidad de diferentes entornos legales, fiscales y culturales con los que la empresa tiene que lidiar puede aumentar los costos de transacción y de gobernanza. A medida que aumentan las distancias geográficas, culturales e institucionales, los costos organizacionales y la complejidad asociados con la coordinación global aumentarán significativamente; por lo tanto, los costos de la internacionalización pueden superar ampliamente los beneficios asociados cuando el nivel de internacionalización aumenta más allá de cierto umbral, especialmente si se produce una expansión internacional excesiva en mercados distantes, terciarios o periféricos.

Sin embargo, aunque la propuesta que predomina actualmente en la mayoría de los estudios, tanto para las empresas multinacionales de países emergentes como desarrollados, es la existencia de una relación en forma de S entre la diversificación internacional y el desempeño, la evidencia empírica sobre su existencia es limitada y poco concluyente.

De hecho, en los últimos años, se ha descubierto la existencia de una curva S invertida o una curva M. Estas dos nuevas relaciones también son no lineales y tienen en común una pendiente positiva a bajos niveles de diversificación internacional (en lugar de una negativa como se indica en la curva S). Las empresas que tienen al menos una filial en el extranjero están en una etapa avanzada de internacionalización.

La anterior característica significa que, en el punto de partida de nuestro análisis sobre la relación entre la diversificación internacional -a través de la inversión extranjera directa- y el desempeño, la mayoría de las empresas ya tienen una experiencia internacional significativa, lo que afecta a la forma de la relación entre estas variables (diversificación internacional-desempeño).

Luis Araya Castillo

Director de Postgrado y Educación Continua, Profesor Titular, Facultad de Economía y Negocios, Universidad Andrés Bello, Chile.
PhD in Management Sciences, ESADE Business School
Doctor en Ciencias de la Gestión, Universidad Ramon Llull
Doctor en Empresa, Universidad de Barcelona

También te puede interesar: Sólo 20% de las empresas afirma contar con una cultura de innovación exitosa

Skip to content