La dinámica competitiva de las universidades chilenas
Las universidades participan en entornos altamente competitivos y complejos, lo cual se explica principalmente por la aparición de nuevos tipos de instituciones, por mayores exigencias de estándares de excelencia y eficiencia, por un rápido crecimiento de las corporaciones participantes y de la respectiva matrícula, por incrementos en las restricciones presupuestarias, por cambios en las regulaciones, por la continua reducción de la financiación por parte de los gobiernos, por incrementos en las tasas universitarias a las que deben hacer frente los estudiantes, por el desarrollo de un mercado de educación global, y por los crecientes niveles de diversificación y privatización de los sistemas de educación superior.
En dicho escenario, las instituciones tienen el desafío de alcanzar y mantener sus posiciones de liderazgo y fuentes de ventajas competitivas; y por consiguiente, necesitan asimilar bien la dinámica de los mercados en que participan. Esto es relevante, por cuanto las universidades deben responder a los cambios del entorno, y hacer frente a las reformas que se están generando y que buscan que se amplíe la capacidad de regulación del Estado sobre el sector de educación superior a través de mecanismos de evaluación externa de la calidad y de la acreditación tanto institucional como de las carreras de pregrado y programas de posgrado.
Este contexto se aprecia en el sector de la educación superior chilena, el cual, a pesar de estar regulado por el Estado, se define mayoritariamente a través de las dinámicas que se generan en el mercado, caracterizado por un alto nivel de autonomía de las instituciones que lo componen y por una gran diversidad institucional; así, aun cuando el gobierno cumple un rol activo en lo referente a establecer los criterios de calidad, sistemas de financiación y regulación, son las propias instituciones las que definen sus líneas estratégicas.
En efecto, el comportamiento competitivo de las universidades chilenas está determinado por las decisiones que ellas adoptan en prestigio y volumen. Dichas corporaciones tienen el reto de ofrecer programas académicos de buena reputación y valor agregado, puesto que el desarrollo socioeconómico del país depende en gran medida de la calidad de la educación superior. Pero, estas instituciones amplían e incrementan su oferta académica, buscando servir a una población cada vez mayor de estudiantes, al mismo tiempo que responden a los requerimientos de las empresas y la sociedad que demandan por profesionales con nuevas habilidades y destrezas.
Además, las universidades formulan e implementan decisiones estratégicas en lo que respecta a la infraestructura, por cuanto reconocen que los estudiantes evalúan el servicio global que reciben, y de esta forma, el nivel y estado de sus instalaciones tiene impacto en la percepción de calidad y satisfacción del estudiantado. Asimismo, los potenciales y actuales estudiantes asignan importancia a la imagen y opinión social que ostentan las universidades, ante lo cual éstas invierten en estrategias publicitarias para diferenciarse de la competencia, y para construir y potenciar el posicionamiento deseado.
No obstante, la educación universitaria se encuentra inmersa en una corriente de cambios tecnológicos, de modo que algunas universidades han definido como estrategia de crecimiento la oferta de programas en formato no tradicional, reconociendo así, que en Chile existen las condiciones para que pueda desarrollarse un mercado de educación superior a distancia que sea competitivo, de calidad y un referente en la región.
Junto con lo anterior y de manera creciente, las universidades consideran como variable estratégica, la responsabilidad social universitaria, ello debido a que las instituciones de gobierno y la opinión pública, están demandando que éstas no sólo operen con mayores niveles de calidad, sino que también favorezcan el acceso a la educación superior de los jóvenes de menores ingresos, y que ofrezcan programas de estudio que vayan en línea con las necesidades y mejoras competitivas del país.
De igual modo, las instituciones de educación superior reconocen la importancia del gobierno corporativo en sus planes estratégicos, por cuanto es de esperar que los sistemas de organización universitarios que se adopten posibiliten que las instituciones puedan responder a los nuevos requerimientos y cambios del entorno.
En dicho sentido, los procesos de aseguramiento de la calidad han adquirido cada vez mayor nivel de importancia en el mercado universitario de Chile, ya que las universidades están considerando la experiencia internacional sobre la materia, lo cual se manifiesta en la preocupación que demuestran por mejorar constantemente la calidad de los servicios que están prestando al país.
Comprender la dinámica competitiva no sólo favorece la toma de decisiones de las universidades, sino que igualmente genera repercusiones positivas para el país. El sector de educación superior cumple un papel de importancia en el desarrollo productivo y económico de Chile, quien ha respondido a los cambios en la economía global con un modelo de crecimiento basado en las exportaciones, y en donde las universidades deben responder a la necesidad de diversificar la oferta académica y profesional de su alumnado, al mismo tiempo que desarrollan una base sólida que les permita alcanzar altos niveles de calidad, a través de la creación de valor y la mejora continua de sus procesos organizacionales.
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