Estrategias de sostenibilidad se quedan atrás mientras la inflación amenaza con frenar la inversión y el interés de los clientes

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Bain & Company lanzó un nuevo estudio sobre la industria del retail que reveló que sólo una de las 27 principales compañías de alimentación y ropa a nivel mundial tiene enfoques en materia de sostenibilidad y ESG. Asimismo, la investigación mostró que el aumento de los precios y la reducción del costo de vida están reforzando la resistencia preexistente de los consumidores a pagar más por los productos sostenibles, poniendo al límite los márgenes de este tipo de comercio.

Por otro lado, los resultados ponen de manifiesto hasta qué punto la inflación está exacerbando los retos a los que se enfrentan los minoristas para satisfacer las expectativas de sostenibilidad de los consumidores, los inversores, los gobiernos y los reguladores, así como de otras partes interesadas.

La inflación es un catalizador para reducir la brecha entre las opiniones de los consumidores sobre la sostenibilidad y las acciones

El análisis de Bain indicó que una parte fundamental para encontrar la solución es aprovechar el creciente interés de los consumidores por los productos más sostenibles. Según la consultora, actualmente, más del 70% de los clientes dicen estar dispuestos a pagar una comisión por productos con un impacto medioambiental positivo o beneficios para la salud. Sin embargo, la mayoría de los compradores no están cambiando sus comportamientos de compra.

“La inflación hace que los consumidores sean más sensibles a los precios, pero al mismo tiempo les anima a revisar hábitos de consumo muy arraigados”, afirmó Marcial Rapela, socio y responsable de Bain & Company en Santiago. “Esto ofrece una oportunidad única para que los retailers cambien el statu quo y fomenten modelos circulares en los que los consumidores devuelvan los productos o reutilicen los envases para obtener un descuento en el futuro. Si se combina con una mayor oferta y una comunicación clara en el punto de venta, la inflación puede ser un catalizador de un comportamiento más sostenible.”

Las marcas aún tienen espacio para priorizar la agenda de la sostenibilidad a pesar de la presión de los márgenes y los déficits de financiación

El aumento de los costos en medio de una mayor inflación también está agravando los déficits de financiación a los que se enfrentan los minoristas a la hora de invertir en sostenibilidad. Dado que el 95% de las emisiones de carbono se sitúa en la parte superior o inferior de la cadena de suministro, los sistemas sostenibles son más costosos que los existentes y son un obstáculo para el progreso. Pasar de los compromisos de sostenibilidad a la acción supone un duro reto para ellos.

Sin embargo, el informe concluyó que estos grupos todavía tienen un amplio margen de acción si priorizan rigurosamente sus objetivos de sostenibilidad más importantes y se centran en los puntos clave para desarrollar una estrategia que equilibre la ambición y la “viabilidad“.

Finalmente, la investigación reveló que las compañías no pueden permitirse el lujo de pausar sus esfuerzos de sostenibilidad durante la crisis inflacionaria. Los resultados predicen que el 40% de los consumidores estadounidenses tienen previsto gastar más en marcas sostenibles en los próximos tres años. En Europa, los millennials ya representan la mitad del gasto en marcas sostenibles insurgentes, por lo que el sector debe desarrollar su oferta para garantizar su longevidad.

“Este es un momento clave para la sostenibilidad de las cadenas de suministro del comercio de los retailers. Ya se han asumido los compromisos y se han conseguido los beneficios rápidos. Ahora el sector tiene que demostrar que puede seguir aportando mejoras en materia de sostenibilidad cuando el panorama económico sea más difícil. Los que se queden atrás perderán el corazón y el bolsillo de los clientes”, concluye Rapela.

Marcial Rapela, socio y responsable de Bain & Company en Santiago

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