Comunicando con los números
Muchas veces las compañías comunican atributos, ventajas o características de sus productos y servicios por medio de cantidades o números, por ejemplo, “este producto dura 5,87 veces más que los competidores” o “esta ampolleta tiene una vida útil de 5.000 horas de uso”. Como en los ejemplos anteriores, observamos que la utilización de los números puede hacerse de forma “precisa”, cuando el número se expresa en su forma natural (5,87; 80,2; 3.498), o “redondeada”, cuando se busca una forma de aproximación a un punto termino completo (6; 80; 3.500).
Los números precisos tienden a incrementar la credibilidad y confiabilidad, pero necesitan más procesamiento por parte de los consumidores. A su vez, los números redondeados son más fáciles de procesar y comparar, pero dan una sensación de ser más estimativos que calculados a través de un procedimiento certero, lo cual podría relativizar su significado a algo que en la realidad se aproxima a ese número, pero no como un valor exacto.
Por una parte, las cifras precisas nos comunican calibración y exactitud entregando la sensación de que el número fue calculado a través de un proceso más exhaustivo y preciso, de esta forma, se asocian con un procedimiento de cálculo más “científico”, incrementando su credibilidad. Al ser así, estos números son muy persuasivos cuando el atributo del producto requiere ser preciso o cuando tenemos poco conocimiento de la categoría o de las mediciones asociadas. Se ha demostrado que los números precisos son más efectivos cuando describen los atributos de productos tecnológicos o de innovaciones muy especializadas. Es el caso también de los productos de alto involucramiento, donde al requerir mayor deliberación, las personas asignan más recursos cognitivos a su procesamiento y por ende pueden entender los números precisos de una manera más acorde. Además, es común que las personas tiendan a expresar de forma precisa los números pequeños, mientras tienden a redondear números más grandes, por esto, se genera una heurística que hace sentir que los números precisos son menores en magnitud (algo de ese efecto se ve en los precios terminados en 9).
Por otra parte, las personas fijan normalmente sus metas en números redondeados (quiero estar en el top 10, quiero juntar 1.000.000 de pesos, etc.), por lo que usualmente este tipo de números generan inconscientemente una sensación de algo completo, o logrado. De esta manera, su uso se recomienda cuando se quiere dar al consumidor la sensación de una meta implícita (“pierda 10 kilos con este producto”) o cuando se necesita incentivar un comportamiento con el fin de lograr una meta conjunta (“el gobierno espera que se vacune el 80% de la población). Se cree que los números redondeados tienen un procesamiento más fluido debido a que diariamente nos enfrentamos con mayor frecuencia a este tipo de números, por ende, debieran ser más efectivos para comunicar características de productos de bajo involucramiento que calzan de mejor forma con este tipo de procesamiento.
También, debido a que necesitan menos cantidad de recursos cognitivos, se cree que dan lugar a una mayor influencia de las emociones en un proceso de toma de decisiones, por ejemplo, para controlar o evitar conductas que son poco deseadas debido a que su comunicación produce miedo (“350 personas morirán al día por fumar”).
Ventajas de los números “precisos”:
- Refuerzan el concepto de exactitud.
- Se asocian a magnitudes menores.
- Son en general más persuasivos para situaciones de alto involucramiento.
- Aumentan intención de compra en categorías poco familiares.
Ventajas de los números “redondeados”:
- Son más fáciles de usar como ancla o como punto de referencia.
- Entregan una sensación de logro.
- Permiten el uso de emociones en la toma de decisiones.
- Recomendados en situaciones de bajo involucramiento.