Cómo crear un MVP que sea valioso: No lo hagas desde 0
Rodrigo Maulén, Docente Unegocios FEN Universidad de Chile.
Los últimos 10 meses he estado haciendo una serie de preguntas pensando en los proyectos que he desarrollado de manera personal en mi carrera. Partiendo desde el “clásico enamoramiento de la idea” hasta la necesidad de creer que estás desarrollando el “próximo Facebook”. Un racional completamente “naive” pero que tiene que ver con la madurez que vas construyendo a medida que pasan los años.
Es así como he percibido que la diferencia entre el éxito y el fracaso con un MVP casi siempre se reduce a decidir qué y cuándo se construye. En el tiempo que llevo trabajando en marketing digital y tecnología, he llegado a conclusiones tales como, que si bien no existe un plan perfecto, el error natural que cometemos es partir con un MVP desde cero.
CÓMO EVITAR EL DESASTRE EN SIMPLE
Para que un MVP sea valioso tanto para sus clientes como para su empresa debe lograr 3 cosas:
1.- El MVP debe probar que el core de las funcionalidad operan.
2.- Debe mostrar que todos los sistemas de entrega están alineados con el producto.
3.- El MVP debe ser viable comercialmente.
OJO: No hay garantías que el MVP tenga éxito pero al menos debemos tener la certeza de poder probar al menos las 3 hipótesis, cualquier otra funcionalidad puede esperar.
ETAPA 2: NO SABOTEAR TU MVP
Una segunda recomendación es, hay malas ideas pero recuerda no forzarlas a la realidad, ya que ahí no te podemos ayudar, pero puedo explicar cómo evitar sabotear una idea durante un proceso de desarrollo no estructurado. Ahora ¿cuáles son los errores que perpetran el sabotaje?
1.- El MVP no es un MVP y está en una versión de demo, un powerpoint super producido o una versión horrible del producto final.
2.- La funcionalidad clave del MVP no anda u opera tan mal que la viabilidad no puede evaluarse con precisión.
3.- Los procesos de descubrimiento, entrega, soporte generan una tan mala experiencia que el manejo del MVP genera percepciones discutibles sobre el producto.
4.- Tu MVP tiene éxito pero los clientes se enamoran de una versión final sobredimensionada e insuficiente.
5.- Tienes éxito pero los resultados terminan siendo falsos positivos que no logran dilucidar la escalabilidad de las funcionalidades y con ello la proyección del crecimiento del producto.
ETAPA 3: NO CONSTRUYAS DESDE CEROOOO
No partir desde cero te entrega perspectiva y casi siempre funciona; ya que la idea encuentra al talento, se traza el plan de trabajo y desde ahí pensamos en ¿qué construimos primero? Nunca partas en blanco, ya que es un camino clásico a la construcción excesiva…imaginemos:
1.- Lanzas el MVP, obtienes clientes y promover el producto de forma gratuita. En el mediano plazo terminas con un grupo de clientes que tienen expectativas diferentes; esto te hace caminar en círculos y tu próximo paso puede que lo elijas mal. El valor de vida de todos esos clientes cae a cero. ¿Conoces una startup que falló y explotó meses después?
2.- Puede que lances lo incorrecto y nunca obtengas tracción (me paso cuando armamos un portal de venta de seguros de auto donde donamos 1/3 del ingreso mensual) simplemente porque ninguno de los clientes potenciales comprenderá el valor total del producto.
3.- No lanzas nada! El equipo debate sobre 300 MVP, todas opciones que requieren estrategia ligeramente diferentes e incluso un posicionamiento diferente. A medida que el equipo comienza a acercarse a una opción, todas las otras comienzan a tener sentido y vuelves a tu borrador.
¿Y si partimos desde el final del MVP hacia atrás? Esto para no comenzar con una página en blanco. Lo que quiero transmitir es que podemos pensar en 3 historias (A) lo que estás haciendo hoy; (B) en lo que te quieres convertir y (C) la historia de la empresa de mil millones de dólares. Si parte de la C hasta la A, ese sera tu MVP.
CONSTRUYE UN MVP PENSANDO EN EL CORE
Un enfoque más osado es construir entorno a la funcionalidad principal del producto, hacer que esas características sean sólidas y estén listas para el peak de audiencia. Tal vez luego puedes tomar un atajo. ¿Cuál es mi CORE?
Pues, son las características que muestran valor de inmediato que ayudan a tu cliente a comprender rápidamente por qué necesita el producto.
SIEMPRE SE TRATARÁ DEL VALOR
Cuando me siento a pensar en qué escribir trato primero de pensar en los lectores y el conocimiento que podemos aplicar universalmente. Luego pienso si te estoy preparando para un siguiente texto y desde ahí trato de explorar las ideas que están dando vueltas en la cabeza. Todo el resto de las funciones quedarán para más adelante y sólo servirán para mejorar ese valor, no para crearlo.