Coca-Cola impulsa protección a ecosistemas naturales a través de la innovación y colaboración en proyectos hídricos de Chile

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Esto se logra gracias a un trabajo en conjunto con aliados para reponer el agua a la naturaleza y beneficiar a comunidades locales. El Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar y Alto Tarapacá en Iquique, son ejemplos de innovadores proyectos a nivel nacional. Estos se suman a dos iniciativas ubicadas en la Cuenca del Maipo desarrolladas con el apoyo de The Nature Conservancy.

Cada vez es más necesario concientizar a la población sobre la importancia de la protección ambiental y espacios naturales con el fin de lograr un futuro más sostenible. En este Día Internacional para la Protección de la Naturaleza, Coca-Cola Chile destaca algunos de los proyectos que se han realizado en el país para reforzar su compromiso con el cuidado del medio ambiente.

Comunidades indígenas aymaras recuperan millones de litros de agua mediante técnicas ancestrales como el “champeo”.

El agua es esencial para cada persona y cada ecosistema en el mundo; por lo mismo, desde hace más de una década, la compañía ha trabajado activamente en mejorar y eficientizar  sus procesos, reponer a la naturaleza el agua utilizada en la elaboración de los productos y trabajar colaborativamente para beneficiar a las comunidades.

“En Coca-Cola tenemos un fuerte compromiso de proteger el medio ambiente. Por esta razón, nos propusimos la meta global de devolver el 100% del agua que utilizamos para elaborar nuestros productos. Gracias a un trabajo colaborativo con nuestros aliados, en Chile la meta se superó en 2018 y actualmente reponemos a la naturaleza el 104% del agua que usamos”, explica Paola Calorio, Directora de Comunicaciones, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, Bolivia y Paraguay.  

El Jardín Botánico Nacional, ubicado entre límite de Quilpué y Viña del Mar, ha sido un emblemático y ejemplar proyecto para hablar de recuperación hídrica, además de ser un espacio de investigación botánica, conservación, educación ambiental y bienestar comunitario. Con el apoyo de Coca-Cola Chile, se ha desarrollado un proyecto ecológico único en la zona central, con el fin de recuperar 250 hectáreas actualmente degradadas y obtener alrededor de 200.000 m3 de agua al año.

La innovación hídrica se refleja en la construcción de 30 mil metros lineales de zanjas de infiltración que permiten la captación, recuperación e infiltración del agua que escurre superficialmente, con el fin de aprovechar de mejor manera la escasa agua lluvia de la zona. Asimismo, se ha trabajado en la restitución de la flora que imperaba en la zona antes de la intervención humana, a través de la plantación de 500 palmas chilenas y unos 30.000 árboles nativos.

“Este parque se está transformando en un gran espacio de conservación in situ de la flora local y de la quinta región. Somos el nuevo polo de desarrollo medioambiental de la región y referente nacional, incluso a nivel de educación ambiental ya que contamos con la visita anual de unos 20.000 alumnos”, menciona Alejandro Peirano, secretario técnico ejecutivo del Jardín Botánico Nacional. “Valoramos absolutamente el compromiso del sector privado con el medio ambiente. Coca-Cola ha sido un gran aliado para sacar adelante este proyecto gracias a un compromiso de varios años”, agrega.

Alto Tarapacá y la recuperación de agua en el norte

En el desierto de Atacama y a cuatro horas de la ciudad de Iquique se encuentra “Alto Tarapacá”, zona en que se desarrolla el proyecto de Coca-Cola Chile, Fundación Avina y la Corporación Norte Grande. Esta iniciativa contempla actividades de manejo de vegas altoandinas y bofedales en comunidades indígenas que, mediante técnicas ancestrales, han podido recuperar millones de litros de agua. En este caso, las comunidades son las protagonistas del trabajo.

El proyecto se inició en 2013 y hasta la fecha se han recuperado 526 hectáreas, beneficiando a más de 1.600 personas de 19 comunidades aymaras. El trabajo de recuperación se realiza a través de la  técnica milenaria denominada “champeo”, que proviene de la palabra “champa”, que en quechua significa: “porción de suelo con plantas y raíces entrelazadas”. Las champas son porciones  de  suelo  con plantas y raíces que son manipuladas para manejar el relieve del suelo y, de esta manera, guiar  el agua.

Igualmente, se realiza la construcción, mantención y rectificación de canales; construcción de pequeños diques usando la champa para levantar el nivel del agua y poder llegar a sectores más altos para el riego; habilitación de vertientes; limpieza y trasplante de vegetación para hacer extensiones del bofedal y propagar las especies nativas del sector.

Diego Araníbar, encargado de la iniciativa para la Corporación Norte Grande, destaca que “este proyecto está resguardando un patrimonio intangible que es el saber de los ganaderos y ganaderas, quienes en base a sus técnicas ancestrales siembran el agua y brindan soluciones basadas en la naturaleza. Hoy en día, son ellos quienes están dando la lucha por mantener estos ecosistemas. Siempre trabajamos de la mano de los productores, ganaderos y agricultores porque ellos son los principales beneficiarios.”

Coca-Cola suma además dos proyectos de recuperación en la Cuenca del Maipo. En esta zona, la cual ha sido gravemente afectada por la escasez hídrica, se encuentra “Alto Chicauma”, proyecto que ha correspondiente a 58.000 m3 de agua al año, donde se trabaja en la conservación y restauración de especies nativas. De igual manera, el proyecto “El Morado” registra una recuperación de 70 hectáreas, equivalente a 30.000 m3 de agua al año, además de la reforestación y establecimiento de cercos de protección, restauración de humedales altoandinos y zonas ribereñas del río Clarillo. Ambas iniciativas son realizadas de la mano de The Nature Conservancy (TNC).

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